Blog Post

Ayudando a los niños a superar las primeras lágrimas en la escuela

El primer día de escuela es un hito en la vida de cualquier niño. Mientras algunos llegan con una sonrisa llena de emoción, otros no pueden evitar derramar lágrimas al despedirse de sus padres. Para muchos, ver a su hijo llorar al comenzar esta nueva etapa puede resultar doloroso y angustiante.

¿Por qué algunos niños lloran más que otros? Múltiples factores influyen en la manera en que afrontan el primer día de escuela. Los padres pueden sentirse confundidos al notar que su hijo llora, mientras que otros parecen adaptarse rápidamente. Sin embargo, las lágrimas no significan que el niño no esté preparado, sino que algunos enfrentan mayores dificultades para adaptarse a los cambios.

Factores como la edad –especialmente entre los 7 y 12 meses, cuando se vive la “angustia de separación”–, la personalidad y el vínculo afectivo con los padres juegan un papel importante. Los niños extrovertidos pueden emocionarse al interactuar, mientras que los introvertidos se sienten abrumados en entornos nuevos.

Además, la capacidad de adaptación varía: algunos requieren más tiempo, especialmente si han sido sobreprotegidos o tienen dificultades para acostumbrarse a nuevos lugares.

Consejos para ayudar a tu hijo a adaptarse al colegio

Mantén una actitud positiva: Transmite confianza y seguridad, ya que los niños son muy sensibles a las emociones de sus padres.
Establece una rutina clara: Prepara la mochila y la merienda la noche anterior y llega unos minutos antes para reducir el estrés.
Conéctalo con el presente: Usa frases que mantengan al niño enfocado en el momento actual, reduciendo la ansiedad anticipatoria.
Usa un objeto transicional: Permite que lleve su peluche o juguete favorito para que se sienta reconfortado.
Evita mostrar ansiedad: Tu calma será el mejor ejemplo para que tu hijo se sienta seguro.
No utilices recompensas: Refuerza su valentía sin recurrir a premios, para que aprenda a enfrentar los desafíos.
Evita enfadarte: Mantén la calma, ya que el llanto es una reacción natural ante lo desconocido.
Haz una despedida breve pero afectuosa: Un beso y un “te quiero” son reconfortantes y ayudan a calmar al niño.
Evita espiarlo: Respetar su espacio le permite sentirse más independiente y seguro.
Refuerza el progreso: Reconoce y felicita cada avance para fortalecer su confianza.

La adaptación escolar es un proceso gradual. Aunque al principio pueda parecer desafiante, la mayoría de los niños se ajustan en pocos días. En ocasiones, si la adaptación es más lenta, la ayuda de un profesional, como un psicólogo infantil, puede ofrecer estrategias adicionales.

Recuerda que cada niño es único y su ritmo de adaptación varía. Con el apoyo adecuado en casa y en la escuela, tu hijo pronto aprenderá a disfrutar de esta nueva etapa, a hacer amigos y a enfrentar con valentía los retos que le esperan.

R E G R E S O A C L A S E S

Cargando